Cómo deben separarse
los versos de un poema. Dos poemas de Jose Ángel Cilleruelo como ejemplo.
La poesía nació oral, o sea recitada, y
cuando comenzó a transmitirse a través de la escritura se escribió en
versos. Esos versos transcribían las frases poéticas de ritmos similares
que distinguen al poema de la prosa y que se suelen separar por pausas.
Con el tiempo esta unicidad entre lectura y escritura no siempre se ha
mantenido, y hay poemas que escritos tienen una separación versal que no se
mantiene ni cuando los recita el propio autor.
Para mí, hay dos motivos principales de
esta disociación entre lo escrito y la oralidad. Por una parte, hay poetas que
quieren mantener un metro determinado; por ejemplo, versos endecasílabos, y
efectúan complejos encabalgamientos sintácticos para mantener por escrito ese
metro, pero luego lo distorsionan en una lectura normal. Si el poema es más
libre, el motivo suele ser realzar una palabra al final de un verso o,
simplemente, se dividen los versos por asuntos estéticos o caprichos, que nada
tienen que ver ni con la sintaxis ni con el recitado de esos versos.
Yo creo que la correlación entre
escritura y recitado es básica en un poema y una de las características que
distinguen a poema de la prosa. No podemos leer un poema como un texto en
prosa, ya que por algo está cortado en versos y la lectura, sea silenciosa o
recitada, debe reflejar de alguna forma esos cortes, y lo normal es que lo haga
con una pausa versal en sus finales.
En artículos anteriores, como en “Las pausas del verso y del poema”,
ya he hablado de las pausas versales y de la necesidad de que un verso acabe
con una pausa, aunque sea breve, con algunas excepciones en los
encabalgamientos sintácticos, sobre todo en poemas con rima o una estructura
métrica muy marcada que dé consistencia a
esa división versal cuando la pausa no existe o es muy breve.
Voy a comentar unos ejemplos prácticos y
cómo creo que los lee el autor. Ante todo, he de indicar que este análisis
puede ser algo subjetivo, aunque he intentado ceñirme al recitado del autor,
pero la fonética no es una ciencia exacta y, además, otro recitador podría
leerlo de otra forma. Analizo a continuación unos poemas del buen poeta José
Ángel Cilleruelo (Barcelona, 1960) y unos vídeos donde escucharemos
cómo los recita él, aprovechando la grabación efectuada en 2017 para el archivo
de poetas de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña). Aquí
tenéis el poema “Túneles 9” del libro “Formas leves”, tal como lo escribe en su
libro el poeta, con versos endecasílabos, al que he añadido la indicación
de las silabas tónicas de los versos.
TÚNELES 9
Un día escucharé hablar por
radio
(2.6.10)
del amor, mientras limpio los
pasillos
(2.6.10)
y gabinetes del gran
edificio
(4.7.10)
de la Esperanza. Sonará la
voz
(4.8.10)
desde el carro, entre paños, botes,
cubos, (3.6.8.10)
la voz que a todos habla del
amor.
(2.4.6.10)
Mientras aspiro la moqueta y
friego
(4.8.10)
las letrinas se alzarán las
palabras
(3.7.10)
con su pequeño túnel de
verdades,
(4.6.10)
con ese cosquilleo tan menudo
(6.10)
que da la felicidad. Y a mi
hora
(2.7.10)
me iré a la calle como quien un
día
(2.4.8.10)
sale de la maternidad y en
brazos
(1.8.10)
lleva un hueco y en brazos mece un
hueco. (1.3.6.8.10)
José Ángel Cilleruelo. (Formas débiles,
2004)
Como he indicado, en teoría se trata de
endecasílabos. Respecto a las sílabas tónicas, que dan soporte al verso, se
observa que los versos 3º, 8º y 11º tienen apoyo en 7ª, lo que ya nos indica
que recitados como endecasílabos serían de ritmo ternario o dactílico, poco
armónicos con sus vecinos de ritmo binario.
Este es el vídeo donde lo recita el
poeta y transcribo cómo lo escucho yo, indicando las pausas leves (·) y más
marcadas (··).
Un día (·) escucharé hablar por radio
(·)
del amor, (··) mientras limpio los pasillos
y gabinetes (·) del gran edificio
de la Esperanza. (··) Sonará la voz (·)
desde el carro, (··) entre paños, (·) botes, (·) cubos, (··)
la voz (·) que a todos habla del amor. (··)
Mientras aspiro la moqueta y friego
las letrinas (··) se alzarán las palabras (·)
con su pequeño túnel de verdades, (··)
con ese cosquilleo tan menudo (·)
que da la felicidad. (··) Y a mi hora (··)
me iré a la calle (·) como quien un día (··)
sale de la maternidad (··) y en brazos (··)
lleva un hueco (··) y en brazos (··) mece un hueco. (··)
El poeta escribe aparentes versos
endecasílabos, pero los recita de otra forma, al menos tal como yo los escucho.
Por eso, partiendo de la base de la necesidad de las pausas versales finales,
yo escribiría el poema así, teniendo en cuanta la fonética y la sintaxis del
texto:
Un día (·) escucharé hablar por radio
(·) del amor, (··) 15
(2.6.8.10.14)
mientras limpio los pasillos y gabinetes
(·)
13
(3.7.12)
del gran edificio de la Esperanza. (··)
11
(2.5.10)
Sonará la voz (·) desde el carro, (··)
9
(3.5.8)
entre paños, (·) botes, (·) cubos,
(··) 8
(3.5.7)
la voz (·) que a todos habla del amor.
(··) 11(2.4.6.10)
Mientras aspiro la moqueta y friego las letrinas
(··) 15 (4.8.10.14)
se alzarán las palabras
(·) 7(3.6)
con su pequeño túnel de verdades,
(··) 11(4.6.10)
con ese cosquilleo tan menudo (·)
11(6.10)
que da la felicidad. (··)
8(2.7)
Y a mi hora
(··) 4(3)
me iré a la calle (·) como quien un día
(··) 11(2.4.8.10)
sale de la maternidad (··)
9(1.8)
y en brazos (··) lleva un hueco
(··) 7(2.4.6)
y en brazos (··) mece un hueco.
(··) 7(2.4.6)
Como se ve, una mezcla de metros y ritmos que convierte al aparente poema métrico de endecasílabos en un poema bastante libre de formato. Respecto a las asonancias, toda la primera parte está libre y sólo destaca la consonancia entre “felicidad” y “maternidad”, bastante evidente por tratarse de palabras agudas. La repetición de la palabra “hueco” en los dos versos finales la considero un cierre de poema en pareado.
Otro ejemplo de un libro más reciente de
Cilleruelo “Tapia con mirlo”
CÓMODA CON INSECTOS
Una cisterna que gotea,
9(4.8)
el hollín de la luz cuando
traspasa
11(3.6.10)
los cristales, hedor a olvido,
9(3.6.8)
gorjeo de una radio
mal
9(2.6.8)
sintonizada hace tiempo,
9(4.6.8)
desde cuando bailábamos los sábados
11(6.10)
por la tarde en el comedor,
9(3.8)
inmortales los dos, la vida.
9(3.6.8)
Una ventana que no encaja,
9(4.8)
dejadez y abandono en todas
partes
11(3.6.8.10)
donde mire. Las
emisoras
9(3.8)
de la ciudad radiaban
música
9(3.6.8)
la noche entera. Imaginábamos,
9(2.4.8)
insensatos, que aquel era el final.
11(3.6.7.10)
José Ángel Cilleruelo. Tapia con mirlo
(2014)
Eneste caso, el poeta separa los versos como una mezcla de endecasílabos y
eneasílabos (el 5º precisa un hiato para no ser un octosílabo), longitudes
versales que normalmente mantienen una buena armonía. Pero el poeta no sigue
esa armonía con pausas versales finales cuando recita el poema, sino que a mi
modo de escuchar efectúa unas pausas más acordes con la sintaxis del texto.
Una cisterna que gotea, (··)
el hollín de la luz (·) cuando traspasa
los cristales, (··) hedor a olvido, (··)
gorjeo de una radio (·) mal
sintonizada hace tiempo, (··)
desde cuando bailábamos los sábados (·)
por la tarde en el comedor, (··)
inmortales los dos, (··) la vida. (··)
Una ventana que no encaja, (··)
dejadez y abandono en todas partes
donde mire. (··) Las emisoras
de la ciudad (·) radiaban música
la noche entera. (··) Imaginábamos, (··)
insensatos, (··) que aquel era el final. (··)
Por ello, yo dividiría el poema
según las pausas que efectúa el autor y recitador, como podemos escuchar en el
video anterior:
Una cisterna que gotea,
9(4.8)
el hollín de la luz cuando traspasa los cristales,
7(3.6)+9(4.8)
hedor a olvido,
5(2.4)
gorjeo de una radio
7(2.6)
mal sintonizada hace tiempo,
9(1.5.6.8)
desde cuando bailábamos los
sábados
11(6.10)
por la tarde en el comedor,
9(3.8)
inmortales los dos, la
vida.
7(3.6)+3(2)
Una ventana que no encaja,
9(4.8)
dejadez y abandono en todas partes donde mire.
7(3.6)+9(2.4.8)
Las emisoras de la ciudad
10(4.9)
radiaban música la noche entera.
11(2.4.8.10)
Imaginábamos, insensatos
5(4)+4(3)
que aquel era el final.
7(3.4.6)
La división versal que yo escucho, es
diferente a la que se presenta escrita en el texto original, pero mantiene una
estructura de silva blanca de impares, o sea la de un poema métrico armónico
sin rima cuyos versos tienen longitudes impares. La única excepción es el verso
11º, que es decasílabo, pero al tratarse de un verso vacío de tonicidad, no
tensa demasiado la armonía conjunta de los versos. Los hemistiquios cortos de 3
o 4 sílabas, por su brevedad no rompen tampoco la armonía del poema y también
podrían representarse como versos independientes.
En resumen, en estos análisis de ritmo
me he basado en la fonética del poema. Una obra poética es la suma de un texto
y de un formato de ritmos producidos por el sonido y la tonicidad de las
palabras. Si no consideramos el formato, o sea el ritmo, estaríamos hablando de
prosa, aunque esta sea poética, o de verso libre en que un ritmo de imágenes
sustituye al ritmo acentual. Ya escribí otro artículo
acerca del auténtico verso libre, en que intenté
distinguir entre el verso realmente libre y los versos libres que ocultan
estructuras rítmicas. Pero en este caso está claro que el autor pretende que
sus poemas sean métricos, porque así corta sus versos en el texto escrito,
aunque luego los recite de otra forma.
Queda aquí planteada la cuestión de esa
diferenciación entre lo escrito y lo recitado. Lo escrito está claro, en cambio
lo recitado no es algo inamovible, porque los autores no nos proporcionan
signos diacríticos acerca de donde debemos efectuar las pausas, más allá de las
separaciones versales y los signos ortográficos. Pero en ese caso hemos ido al
recitado del autor para poder comparar.
Mi opinión sigue siendo que debe de prevalecer la sintaxis y cómo se recita para efectuar las separaciones versales, ya que de esa forma se transmite mejor el significado del poema. Sobre por qué no lo hacen así algunos autores, ya he dado mis suposiciones. Si es posible, intentaré contactar con autores para dialogar con ellos sobre esta cuestión. De momento, este artículo busca opiniones de los lectores a favor o en contra de lo expuesto. Yo sigo defendiendo la importancia de la oralidad en la poesía. Contenido y continente suman, y si ambos son buenos el poema es excelente.
Ricardo Fernández Esteban
RESPUESTA DE JAC:
Interesante observación y certero análisis. De hecho, en algún lugar creo que he explicado exactamente este proceso como la poética que adopto. La idea es que un escritor contemporáneo escribe poemas en el único verso contemporáneo que existe, que es el verso libre. Esta certeza, sin embargo, no creo que deba entrar en conflicto con la elaboración poética en el curso de una tradición con la que ni se ha roto ni se desea romper. De modo que la escritura poética que defiendo posee por fuera la estructura del verso métrico, pero por dentro evita la sonoridad rutinaria de ese verso con la distribución sonora del verso libre. De hecho, hay un poeta portugués que en su taller trabaja exactamente de la misma forma, todos sus versos son métricos, aunque su presentación después sea en versos libres (tuve ocasión de explicarlo en este enlace).
En mi caso también existe esa posibilidad y el artículo lo demuestra en la práctica: el poema podría haberse presentado conforme a su dicción libre, pero obligaría a una lectura con pauta, mientras que el verso métrico, paradójicamente, deja que el lector elija su propia pauta, o bien siga la lectura tradicional y trate de superar todas las trampas que el verso libre le tiende. Aun en este caso, sería una lectura de verso libre. Esa indeterminación fonética es exactamente lo que persigo como esencia misma de la poesía, y en paralelo con la indeterminación semántica del poema, ambos elementos, creo, esenciales en la poesía y distintivos ante la prosa, que se define por establecer siempre pautas determinadas de lectura (fónica, léxica, sintáctica y semántica: que es lo que corrigen los profesores en clase).
El único aspecto con el que no
puedo concordar es la dicotomía lectura métrica-prosa, primero porque relega la
poesía a una concepción tradicionalista del género, y segundo porque el debate
entre los límites actuales entre poesía y prosa tiene dimensiones algo mayores,
creo, y exige otro tipo de apreciaciones.